22 abril 2009

Diarios de la limpieza (I)

Es increible lo que la vida puede llegar a sorprender cuando cambias de sitio, con esto de mudarme de kela he descubierto cosas increíbles, cosas más allá del entendimiento humano y de la razón universal, misterios de la vida corriente que me han sido revelados como hizo prometeo al robar el fuego para los hombres. Paso a relatar porque no quepo en mí del asombro.

El primer día que dormí aquí ya noté algo verdaderamente extraño e inquietante, al volver del curro la cama seguía sin hacer y los platos sin recoger cuando lo normal es que llegues y tengas la persiana levantada, la ropa doblada y el taper preparado para el día siguiente. Pensé que como la casa es nueva, el hada de las cosas limpias aún no había notado que yo ya vivía allí, o que quizá, dada mi ignorancia sobre el asunto, no hubiera tal hada, sino quizá una fuerza superior, un ente del universo controlado por los ciclos lunares o algo así, que te limpia las movidas. Incluso pensé que la religión tenía que ver, porque no dijo jesús algo así como "bienaventurados los creen porque tendrán las casas limpias"?... encendí una vela y recé a un sanpancracio un ave nuestro y todo. Pero no funcionó.

Alguien iluminado lleno de sabiduría al que pedí consejo me dijo la verdad, que las hadas no existen, que las hadas son los padres. Me sentí igual de decepcionado que cuando descubrí que el ratoncito pérez y los reyes son de mentira. La vida es cruel, llena de varapalos y truculencias.

Pero lejos de abandonarme a la histeria y a la desesperación, saqué fuerzas de mis entrañas, me preparé para enfretar la dura tarea de hacer las cosas por mí mismo, así que pronto me hice con instrumental recomendado, unos artilugios mecánicos que había visto por televisión: cepillo y fregador. Resulta que si frotas el suelo con el cepillo se arrastra la mierda y luego otro artilugio que no se como se llama, que es como un palo con una cosa al final, sirve para recepcionar la mierda que se empuja con el cepillo. Asombroso. Las migas de pan y restos de patatas fritas se desaparecían ante mis ojos como por arte de magia.

El otro instrumento llamado fregador, es para mojar el suelo con agua y detergente y sirve para quitar las manchas de cerveza y de comida pisada del suelo. Audaz el inventor de este artefacto, no te parece?

Pero algo sigue sin funcionar, no entiendo que por mucho que frote el suelo con el cepillo, por muchas pelusas grandes como ratas que pueda recoger con el palo-con-cosa-alfinal, aún sigue habiendo más! qué clase de alimañas de la naturaleza son esas cosas? pero de dónde salen?? ... por muchas que quite, tire por la ventana o prenda fuego... al rato salen más... ¿por qué? ¿acaso no son pelusas sino migas con pelos de siete leguas que velan el entendimiento? ¿acaso esas pelusas no son más que una treta, el resultado de un encantamiento de mi archienemigo el sabio Frestón, que pretende importunarme de nuevo?

Consulté al oráculo de la limpieza y aconsejome adquirir el artefacto mágico que los hombres llaman "chupador", es como un palo de viento místico que sirve para destruir de una vez por todas a esos seres del demonio.

Pero los problemas no acaban ahí, este mundo recién desvelado tiene mil y una suertes en contra, en otro momento hablaré de por qué en la nevera no crece comida, del misterioso color raro del retrete o de la ropa que sigue oliendo a sobaco.





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