14 noviembre 2007

Los sueños en alta definición (III)

Descendí al planeta Óbsolon después de un suave y corto viaje resultado de un pliegue hiperespacial clase 3. Aquellas viejas naves de batalla no eran muy cómodas pero si más rápidas que cualquier otra cosa en la constelación Ganímedes. Claro que es mucho mejor la nave del comandante, "La Piorrea Veloz", sin duda el orgullo y estandarte de nuestra flota.

Me habían asignado una misión fácil en principio, tenía que preparar la defensa del planeta ante la inminente llegada de los Rürl, la raza de jodidos ciborgs militaristas que dominan esta galaxia. Esas cosas no tienen sexo y defecan por la cara así que comprendo que estén siempre tan cabreados. El plan era adelantarnos y acondicionar el mismo punto fuerte desde el que los rechazamos hace 11 años. Era un profundo y kilométrico cañón terminado en una inmensa media luna que dividía en dos hemisferios el planeta, aquél antiguo cauce de río, lleno de cuevas y angostos pasajes era ideal para emboscar a un gran ejército. Aquella vez con a penas un millón de hombres mal pertrechados se pudo vencer fácilmente. Esta vez con mejor equipo y soldados experimentados sería puro trámite.

Pero cuando llegamos al cañón, a través de mi visor de neutrones vi algo que me volcó el corazón. Cuando conseguí sostener el contenido de mis vientres sin manchar los pantalones pude serenarme y pensar un poco. Esos hijos de chatarra habían llegado antes!! habían ocupado el cañón y aunque estaban en las primeras fases de fortificación eso significaba indudablemente nuestra derrota. Yo tan sólo contaba con media división de ingenieros e infantería de apoyo. El grueso del ejército humano esperaba en las dársenas de asalto orbitanto a 60km sobre nuestras cabezas.

El teniente Skypene y la sobrecargo Cocknabova tuvieron una arriesgada y jodida idea, mierda, rodear las posiciones Rürl por las viejas vías del tren a través del paso Fisher y las cuevas suecas, para atacarles por retaguardia y tomar la media luna. Ya sólo quedaría aguantar la posición esperando refuerzos. Un plan lo suficienteme suicida para que esos cabeza cuadrada de los Rürl no lo estimaran posible y así cogerles por sorpresa. La suerte de 7 millones de soldados y la libertad de 250 millones de almas del planeta dependían de nuestro plan.

Para ello escogí un destacado escuadrón de élite comandado por mí mismo, debíamos subirnos a un vetusto tren terráqueo de vapor que hallamos, de esos de las películas del oeste, y avanzar a toda velocidad por los abandonados raíles despejandolos de obstáculos para facilitar las siguientes oleadas del resto de la división. A las pocas horas ya nos encontrábamos a toda velocidad apartando troncos y rocas con el enorme apartavacas.

El tren fue cogiendo cada vez más velocidad hasta casi salirnos de las vías en las curvas, atravesamos las cuevas y atravesamos las líneas Rürl ... vaya sorpresote se llevaron, no pudieron ni descargar una ráfaga de proyectiles... todo iba viento en popa pero me preocupaba la alta velocidad, no podíamos frenar y habíamos perdido ya 2 vagones de cola cuando de pronto aparecieron esas condenadas criaturas, no se como se llaman pero son como una mezcla de oso y puma, muy ágiles y veloces, atraídos por el puñetero tren nos seguían y se avalanzaban contra nosotros.

Uno de esos condenados animales saltó sobre mi cara arrastrándome al vacío del cañón. Caía libremente entendiendo que ese iba a ser mi puto final. Casi al tocar el lecho de roca del fondo del cañón logré despertarme de este jodido sueño. No sabía ni quien era ni qué hora era ni qué día de la semana ni nada, el corazón a mil por hora y sudando.

Vaya puto sueño que tuve. Bonito de recordar pero soñar que mueres da yuyu. He adornado y añadido detalles, pero básicamente esto fue lo que morfeo proyectó en mi cabeza.





:.

Get Free Shots from Snap.com