Los cliks eran lo más

Hoy toca ladrillo, hace tiempo que no escribo nada de nostalgia y como he encontrado esta página, voy a rayarme un rato contando mis movidas con los cliks de playmobil, esos muñecos de plastico tan simplones y tan poco articulados. Fueron prácticamente mi única pasión infantil hasta llegar a los 11 años, cuando una de mis primeras crisis de madurez me hicieron regalar a diestro y siniestro cajas de maría fontaneda repletas de clicks, en un intento frustrado de dejar atrás las chiquillerías por la llegada de mi nueva pasíon: el radiocassete de doble pletina... tonto de mi, pasé jugando con gijoes en secreto hasta los 13.
Los cliks eran mis juguetes favoritos, tenía mil cosas que acumulaba con el tiempo gracias a cumpleaños y reyes. Tenía la nave espacial, el avión rescate polar, la diligencia, el poblado indio, la patrullera, la furgoneta televisión y por supuesto... el barco pirata. Llegué a sobrepasar los 100 muñecos. Yo era el típico niño idiota que se paseaba de la mano de mamá por los escaparates de las jugueterías gritando "ME LO PIDO!" a todo lo que había tras el cristal, compitiendo febrilmente con cualquier otro niño que osara pedirse el fuerte randall o la patrullera antes que yo. Menudas peloteras tenía!
No tengo ni idea de cual fue mi primer click ni de dónde narices viene esa palabra si no lo ponía por ningún lado en las cajas, el caso es que los recuerdo siempre rodeándome, como si hubieran venido con los muebles o con el abuelo. Qué grandes esas tardes de viernes en que llegaba a casa y me diseñaba una superaventura que podía durar hasta el domingo... disponía todos los elementos para empezar el drama inminente... el fuerte de los buenos a la esquina, el barco pirata detrás de la puerta, encima de la cama y de la mesa los francotiradores...buah era brutal, lo mismo el barco pirata invadía al fuerte que la nave espacial pilotada por indios combatía al furgón de tv reconvertido en el equipo A, que el caballero negro combatía con los zombis del espacio en diligencia... los indios eran generalmente masacrados(influencia de los westerns de sobremesa del sábado) o harry el sucio se cargaba más tíos que en todas sus películas a la vez... siempre eran historias violentas que terminaban igual: morían todos menos uno que se llamaba Johnny. Bueno, el caso es que todos se llamaban johnny, lo hacía así porque luego no me acordaba de los nombres que me inventaba y quedaba mal. Según fui creciendo las historias crecían en complejidad y duración, catalizando todas las influencias televisivas que recibía generalmente en forma de violencia extrema. Por fin consguí ubicar a las clikas, (clik en chica con pelo de años 20 que no se por qué aparentaban estar embarazadas) en el centro de los argumentos, dejaron de ser parte del grupo de clicks rotos que conformaban los civiles que morían injustamente a manos de los malos para ser las civiles que eran violadas y/o asesinadas por los malos y que luego se vengaban brutalmente colgando las cabezas de los muñecos a extramuros del fuerte.

Este era johnny, bueno, este en concreto no pero es igual, era un jinete de la caballería americana que quedó lisiado por un "accidente" durante el fragor de la batalla. Perdió una pierna pero gracias a la ingeniería médica del menda(un cacho celo) volvió a cabalgar de nuevo a masacrar indios. Bueno, se caía constantemente y se le escapaba el rifle de la mano, pero yo le convertí en el máximo héroe que haya visto mi habitación durante los años 80.


Lo bueno de los cliks es que podías desmontarlos y "tunearlos", si te cansabas de ver siempre los mismos pues los desmontabas y te hacías uno de colores asimétricos o uniformado todo rojo. estaba guay porque podías hacer que los decapitaran o desmembrar por completo durante la historia. Si además tuvieras un eding les podías pintar sangre y cicatrices. A lo que me estoy dando cuenta que debí ser un salvaje de crío, pero no yo sino todos, en realidad todos los niños siempre hemos jugado a matar, a la guerra romperlo todo y esas cosas... ahora visto desde perspectiva parece grotesco, pero así son los niños supongo. No sólo jugaba a las masacres, también podías interactuar con otros juguetes como el scalextric donde jugabas a atropellos o la casita de pin y pon de tu hermana, donde montabas un secuestro con rehenes.

Todo esto fue la ostia durante unos años, las horas pasaban deprisa con mis historias, pero todo acabó. Un día me di cuenta que jugar con clicks era estúpido ya que tu mismo te inventas lo que va a pasar, sabías el final antes de que ocurriera. Caí en una depresión infantil y me dediqué de lleno a escuchar el primer disco de héroes y el violator de DM.

Una de los mejores recuerdos de aquellos años era cuando reencontarbas aquél click perdido hace tiempo, en una maceta escondido en posición de francotirador o encima del armario tras los libros, con su sempiterna sonrisa inmaculada... johnny volvía a su barril de luzil con los otros johnnys...